top of page

Tuve que aprender a pescar

Actualizado: 1 abr




Cuando tenía quince años entre al curso de confirmaciones en la parroquia SVP en Ciudad Juárez, al inicio me reusaba a ir a la iglesia y sobre todo a participar abiertamente en las actividades u oraciones que se realizaban, sin embargo, recuerdo que comencé a ir no solo porque era algo que seguía dentro de la fe tradicional impartida por mi familia, sino porque mi amiga Valentina nos mencionó a mi amigo Julián y a mí que fuéramos los tres juntos, así que se podría decir que el asistir al curso no fue una decisión completamente mía, más bien por la invitación de mi amiga y la obligación de la tradición religiosa.


Te cuento esto porque lo próximo que quiero compartir contigo tiene que ver con una cita bíblica y pues una parte de mi adolescencia se desarrolló y creció dentro del salón de confirmaciones no solo como confirmanda o catecúmena, sino también como una servidora del mismo grupo una vez que termine mi curso de confirmaciones y con un ruego insistente a los coordinadores generales para que me permitieran participar a pesar de no haber hecho el curso de preparación para ser coordinador o catequista.


Bueno no creo que quieras que cuente más sobre todo el embrollo que viví como servidora o por lo menos no en estos momentos, creo que lo que quieres saber es porque esta entrada tiene como título "Tuve que aprender a pescar", y justo eso es lo que quiero mencionar. Durante mi estadía y acercamiento activo dentro de la iglesia, me toco escuchar muchas referencias a la pesca, y como lo que quiero hablar contigo es sobre las redes de apoyo, se me vinieron a la cabeza un par de citas relacionadas a eso. (Lo sé, hablar de religión y sobre citas bíblicas en un blog de una persona suicida no tiene mucho sentido, pero que hago, en mi cabeza muchas cosas no lo tienen. En fin, te pido que no te centres en el ámbito religioso sino en todo lo demás)


En Mateo 13:42 utilizan una metáfora en la que el cielo es como una red echada al mar en la que entran toda especie de peces y una vez que está se llena es sacada a la orilla del mar, los pescadores se sientan y comienzan a separar los peces buenos en canastos, mientras que tiran los malos, todo esto da una noción de cómo es que los ángeles bajaran del cielo y separaran a buenos de malos. Justo esta cita me recuerda a como es el proceso en que las personas escogemos a quienes nos rodean; - y si, créeme que te sorprendería como de manera inconsciente lo hacemos, pero ¿Qué pasaría si aprendiéramos a pescar y comenzáramos a separar las relaciones buenas de las malas? - .


No tengo la respuesta si es que piensas que, si y que podría compartirla contigo, simplemente no la tengo, solo tengo la experiencia previa a mi aventura en el puente y mi experiencia posterior a la misma; lo que puedo decirte y compartir contigo es que nunca pude ver a los peces en mi red como los veo ahora y mucho menos, identificar cuales podían ayudar a mi crecimiento y nutrición no física, pero si emocional y mental. Antes de que decidiera saltar del puente creía que las personas debían buscarme y pedirme formar parte de sus vida, lo que provocaba esperar a que las personas solo llegarán a la mía, pero ahora pienso como dice el dicho "El que quiere azul celeste que le cueste", creo que si quieres personas adecuadas para ti y que su papel en tu vida tenga una gran aportación, serás tú quien las busque, las pesque y revise si es un pez bueno o no, por lo que te costará trabajo y un gran crecimiento como persona.


Aprender a pescar o a identificar que personas deberían formar parte de mi vida y mejor aún, de ese círculo tan cercano como los nudos de una red, ha sido muy difícil y sobre todo porque en el camino he cometido muchas equivocaciones y he retenido a personas o considerado personas de gran confianza, cuando estas no lo merecían, no me dejarían nada bueno o que simplemente me retenían para poder satisfacer necesidades de ellos mismos sin darse cuenta solo me dejaban con las pocas piezas para seguir viviendo el día. Pero no me mal intérpretes, no quiero decir que dejes de lado a todas las personas que no coincidan en algunas ideas o interpretaciones de la vida contigo.


Por ejemplo, yo tenía un novio, digámosle Agustín (- porque se la pasaba bien a gusto y me ocasionaba mucha angustia -). Agustín era el único pez en mi red desde que yo tenía 16 años, yo consideraba que con un solo pez podría satisfacer todos los nutrientes en mi cuerpo y poder mantenerme sana, feliz principalmente; sin embargo, no fue así, al no consumir otra variedad de peces, mi cuerpo no recibió los nutrientes necesarios y cuando ya no podía comer del mismo pez de siempre, simplemente mi cuerpo, mi mente y mi alma colapsaron.


Pero te preguntarás a que me refiero con este último párrafo, bueno desde que tenía 16 años, Agustín era el pilar de muchas áreas de mi vida, era mi pareja, mi mejor amigo, un ser de autoridad, uno de seguridad, mi guía, mi maestro en muchas cosas y mi hogar al final de todo, por lo que cuando termine mi relación con él, simplemente me quede sin nada; durante cuatro años no había hecho más amigos o no me había sentado a reflexionar que cuando ocurriera la ruptura, la mayoría de las personas que había conocido y consideraba cercanas a mí, realmente eran solo amigos de Agustín; la relación con mis padres no estaba bien y no había hecho nada en esos años para que pudiese mejorar, los objetivos que tenía estaban construidos alrededor de Agustín y para no hacerlo tan aburrido, básicamente todo estaba cubierto por una sola persona, por lo que cuando él ya no estaba y las relaciones que construí después de la ruptura no estaban lo suficiente solidas como para brindarme la confianza de no sentirme sola y poder expresar con toda sinceridad lo que estaba pasando, yo ya me encontraba en un colapso total.


Finalmente, no encontré quien pudiese ayudarme o por lo menos yo no veía quienes estaban ahí para poder brindarme el acompañamiento en ese mar desbocado en el que me encontraba. Después de todo lo que ha pasado he debido tener mucho cuidado con las personas que permito entrar en mi vida y sobre todo saber con quienes puedo tener las charlas incomodas sobre lo que está sucediendo en mi cabeza cada vez que algo me supera en capacidades o en emociones. He aprendido no solo a pescar y a seleccionar lo mejor para mí, sino también a establecer las limitaciones de cada relación y, sobre todo, he procurado mejorar mi comunicación con los demás, sé que a veces no podrán comprender todo lo que sucede en mi cabeza, pero quizás lo intenten y eso es algo que considero un éxito.


Pero el aprender esto último me ha llevado a tener una introspección en la que debo sumergirme en una misión de autoconocimiento con el objetivo de descubrir que es lo que sucede en mí, nombrarlo y poder expresarlo; esta misión me ha llevado a tener un par de situaciones de vulnerabilidad en las que he tenido que dejar de lado mis inseguridades y prejuicios hacia mí misma, para permitirme lidiar con lo que siento y poder pedir la ayuda que necesito. Obviamente todo esto me ha colmado de una paciencia y persistencia en la búsqueda de ese círculo o red en la que pueda apoyarme y que también yo pueda apoyar, pues he descubierto que sola no debo resolverlo todo y que muchas veces solo necesito que escuchen lo que tengo que decir y dejar que yo misma descubra la respuesta.


Se que con todo el ruido que pueda existir en la cabeza, la tormenta de dolor y el tornado de emociones que existen en nosotros mismos resulta difícil poder o querer ir a pescar, pero aprender a lidiar con las mareas y las olas puede ayudar a que nuestra pesca sea fructífera, con una variedad de peces excelentes para nosotros. Recuerda que el estar rodeados de personas buenas para nosotros, puede ayudarnos a lograr grandes cosas y sobre todo a salir de la tormenta sin importar mojarnos un poco; además, entre más peces tengamos en la red, mejor alimentados estaremos y sobre todo bien nutridos en todas nuestras áreas, lo que quiere decir que entre más personas a las que podamos recurrir, mejor apoyo podemos recibir y sobre todo, no te quedarás como yo cuando Agustín se fue, sino que tendrás más pilares que ayuden a sostener el área en que necesites ayuda para hacerlo.


Así que prepara tu red y sal a pescar, no hay una forma exacta de hacerlo, pero lo divertido e interesante está en descubrirlo, recuerda que no estás solo y que como tu aun sigo lidiando con muchas olas grandes en este mar tan desventurado.




 
 
 

Comments


bottom of page